Indicadores del cambio en la Calidad del Suelo en un Gradiente de Degradación en el Valle alto del Río Chama (Páramo venezolano)
Fecha
2013-07-25Autor
Palabras Clave
páramo, montañas, Andes, degradación, índices de calidad edáfica, agricultura intensiva, sistema trigueroMetadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
La agricultura se practica en el páramo venezolano desde épocas pre-coloniales pero es con la llegada de los
españoles que se inicia el cultivo de trigo, el cual promovió fuertes procesos de degradación de estas frágiles
laderas. Actualmente se realiza una agricultura intensiva que utiliza enmiendas orgánicas para la producción de
papas, ajo y zanahoria principalmente. Partiendo de esto, se estudiaron indicadores de calidad edáfica, para
evaluar los procesos de transformación sucedidos. El trabajo se realizó en el Valle alto del Río Chama, Edo.
Mérida, una zona de importante producción triguera en el pasado y actualmente de agricultura intensiva pero
con amplias áreas degradadas por el ciclo triguero. Se estudiaron suelos con diferentes historias de manejo:
páramo natural (PN), suelo con manejo agrícola intensivo (SA), suelo de ladera degradada por el trigo, sin
cultivar (LD) y de ladera degradada retomada con agricultura (LR), con réplicas de cada tipo de suelo en cuatro
sectores del valle (n=16). En cada suelo se evaluaron diversas propiedades físicas, químicas y biológicas para
un total de 42 propiedades edáficas, incluyendo un ensayo de producción vegetal en bolsas de vivero donde se
sembró maíz para evaluar la fertilidad. Las diferencias entre los tipos de suelo se analizaron variable por
variable, utilizando permanovas y de forma integrada a través de un análisis de componentes principales.
Ambos análisis permitieron separar los cuatro tipos de suelo e identificar las variables sensibles. En forma
general las propiedades físicas respondieron menos que las químicas y éstas últimas, menos que las
biológicas, las cuales fueron muy sensibles, especialmente al manejo agrícola. El suelo de páramo se
caracteriza por presentar los valores más altos de MOS, N, CIC, puntos de retención hídrica y arcilla, mientras
que los suelos degradados perdieron cantidades significativas de arcilla y MOS, presentan las densidades más
altas (más compactación) y relación C/N más alta que refleja la baja calidad de la MOS presente. Por otro lado,
los suelos cultivados actualmente (SA y LR) mostraron un incremento en la concentración de nutrientes (P, N
mineral, K+, Na, Mg, Ca), mayor actividad microbiana (respiración y poblaciones de bacterias), valores de pH,
conductividad eléctrica y hidráulica más altos; además de alcanzar mayor biomasa de maíz; reflejando mejor
fertilidad inducida por las adiciones de fertilizantes minerales y abonos orgánicos. Tanto los suelos agrícolas
como las laderas retomadas presentan pérdidas importantes de arcillas, lo cual refleja la erosión causada por el
arado y probablemente estimulada por el riego. Sin embargo, en SA los contenidos de MOS y otras
propiedades edáficas fueron mayores que en las LR, mostrando que estas últimas aun conservan la impronta
de la degradación triguera. Luego se propuso la construcción de diversos índices que permitieran reducir el
gran número de variables analizadas, algunas altamente correlacionadas entre sí, a unas pocas que reflejaran
los aspectos esenciales del funcionamiento del suelo. Para esto se hizo una tabla de correlaciones y un análisis
de clasificación para visualizar la redundancia en la matriz de datos e identificar variables que se comportan de
forma similar. En base a todo esto se propusieron tres índices diferentes que pueden ser útiles en la zona de
estudio. El primero, es un índice de degradación basado en cinco propiedades edáficas. Al aplicarlo a los suelos
estudiados, ubica por encima las laderas degradadas, luego coloca las laderas retomadas, seguidas de los
suelos cultivados con agricultura intensiva y finalmente con menor degradación coloca los páramos naturales.
Los otros dos son índices de calidad; uno analiza específicamente la fertilidad del suelo, partiendo de la
cantidad de biomasa de maíz que es capaz de producir y el otro que estudia la calidad edáfica integrando varias
funciones del suelo mediante dos enfoques diferentes; el primero, considera la calidad ambiental incluyendo
funciones como la retención de agua y nutrientes y resistencia a la degradación, que colocó páramos naturales
por encima, luego suelos de agricultura intensiva, laderas degradadas y finalmente con menor calidad
ambiental, laderas retomadas. El segundo modelo consideró una función extra que evalúa las condiciones
óptimas para el desarrollo vegetal, obteniendo una sobreestimación de los suelos cultivados, sobre los no
manejados; ubicando la agricultura intensiva con mayor calidad que el páramo natural y laderas retomadas
mayores que las degradadas; estos resultados reflejan un mejoramiento de los suelos degradados una vez
retomados con prácticas del sistema agrícola intensivo actual. Concluimos que los suelos del valle alto del Río
Chama reflejan de forma bastante clara la historia de manejo y disturbio a que han sido sometidos, donde los
suelos agrícolas no muestran grandes signos de degradación gracias a las aplicaciones de enmiendas
orgánicas que reciben, mientras que los suelos degradados mostraron un empobrecimiento significativo que
parece ser debido a las pérdidas de MOS y arcillas, generando condiciones de compactación y menor retención
de agua y nutrientes. Con la retoma de las laderas degradadas, la calidad del suelo no parece recuperarse
completamente; sin embargo, se observó un mejoramiento en el funcionamiento de este compartimiento, con
una mayor productividad de maíz en estos suelos.
Colecciones
Información Adicional
Correo Electrónico | lsarmien@ula.ve |
Descripción | Este trabajo recibió financiamiento del CHCHT – ULA (Proyecto FA-519-12-01-C). |
Grado | Licenciada en Biología |
País | Venezuela |
Institución | Universidad de Los Andes |
Tutores | Sarmiento, Lina |