Trapalanda periférica, historia como ficción o la pampa-cultura sin la cabeza de Goliat: La fuerza ensayística de Martínez Estrada, Borges, Sarlo y Altamirano para pensar la literatura Argentina

Abstract

En un país el que abre sus horizontes delante de una pampa que suele demostrarse interminable, una dicotomía centrípeta le arrastra a toda la concepción nacional a partir de una posibilidad única. De esa manera, civilización y barbarie crean una especie de eje discursivo, una fuerza capaz de acercar áreas afines y repeler lo que no se asemeja a lo que está a su vuelta. Entendiendo el ensayo como un “género histórico” (AIRA, 2007), un rasgo elocuente y creativo de crítica y de expresión, una cultura discursiva indomable, se busca reflexionar acerca de la literatura argentina a través de la ensayística de cuatro nombres fundamentales para la crítica del país en el siglo XX: Ezequiel Martínez Estrada, Jorge Luis Borges, Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano. Bajo perspectivas personales y distintas, cada uno de ellos ofrece a los lectores claves estratégicas para entender la formación de lo literario en la Argentina, huyendo de simplificaciones o de lecturas limitadas a la condición epidérmica del estado del arte. Cada ensayista revela miradas múltiples para uno pensar acerca de las “dos Argentinas” (GARCÍA, 1990). Para esta lectura, resultan pertinentes los postulados de Adorno (1993), Lukács (1970) y Gómez-Martínez (1992) para pensar las propiedades del ensayo como género y expresión crítica; y, claro, las formulaciones de David Viñas (1963) y Noé Jitrik (1971) en lo que se refiere al contexto literario del país de la Plata. Ensayísticamente, un reto para investigar los estudios literarios sin la cabeza de Goliat, a partir de una nueva radiografía.